miércoles, 12 de agosto de 2015

Capitulo 7 - Fantasy


CAPÍTULO VII - Los nexos comienzan



Reaper aún estaba impactado tras el resultado de la última incursión, no podía entender como con la ayuda de Arkhan, y con una poderosa fuerza de No muertos, había podido perder contra los pieles verdes… Encima una batalla tan significativa, según Arkhan los sucesos que le ocurrían debían ser mitigados con aquel ritual, ¿Qué es lo que pasaría ahora?


Por su lado el general bretoniano, acaba de recibir la buena nueva de que el maestro herrero había finalizado la lanza que le había encargado. Se dirigió rápidamente hacia el puesto del maestro, y este al verle sonrió ampliamente, pues le pareció que había logrado el objetivo que su Señor le había pedido.


Al acercarse Theodric, el maestro se metió dentro de su lugar de trabajo, el general bretoniano se extrañó, pues no podía comprender por qué hacía eso. Aunque no tardó en descubrir el motivo, cuando el maestro salió de su puesto de trabajo, portaba con él una lanza, Theodric quedó  boquiabierto, la lanza era preciosa, el maestro había reforzado la misma con placas de plata que había pulido hasta lograr un brillo casi mágico, además había dado un toque de pintura negra a la madera, confiriendo así una personalidad muy propia del señor bretoniano. Theodric se había quedado sin habla, aunque el maestro comenzó a explicarle como había creado dicha lanza


Mi Señor permítame explicarle cómo hice la lanza:
Usé de base la madera que Usted me entregó, en cuanto al metal que he empleado, le pido disculpas de antemano, pero recordando aquellas palabras que me dijo sobre la caída de hermanos de batalla, y que buscaba que fuera una muestra de poder y recuerdo, me pareció lo más correcto. Por lo que me informé de que habían hecho con las armaduras rotas de sus diferentes batallas, y escogí las que más material y en mejor estado estaban, las fundí todas dentro del mi horno, y una vez hecha la base de la lanza con la madera y pintada con el color negro, decidí que la mejor forma de recordar a compañeros y amigos de batallas era llevarlos con Usted, ¿y qué mejor forma que en la decoración y composición de arma? Por lo que  opté por crear la decoración con todas ellas.”


Theodric emocionado, no pudo contener alguna de sus lágrimas, pero el maestro había acertado de pleno con el diseño y composición de la lanza. En seguida el Señor se dirigió hacia el maestro, y dijo:


Gracias, viejo amigo…”


Alzando la lanza hacía sus hombres, comenzó a hablar:


Hermanos este arma es digna de merecer un nombre, no solo por el trabajo realizado por nuestro maestro de armas, sino porque es el símbolo de muchos de nuestros hermanos caídos…
Se llamará la Lanza maldita, el nombre no quiero que os incite malos augurios, ni miedos. Este nombre quiero ponérselo por lo que nos ha costado, a todos, el término “maldita” no lo uso por ella, sino mas bien por el maldito monstruo que fue el culpable de todas esas muertes.”


Los soldados de Theodric no tardaron en aplaudir a su señor.


Mientras tanto en el campamento no muerto, los nigromantes del joven general, estaban un poco inquietos, pues estaban notando que los vientos de la magia comenzaban a agitarse de forma salvaje por aquella zona. Rápidamente informaron a su general, y este mandó a unos pocos guerreros a explorar, tras muchos días sin recibir ninguna noticia de los guerreros que había mandado, Reaper, decidió mandar a otros pocos esqueletos.


Mientras tanto sus nigromantes seguían más inquietos de lo normal, incluso él mismo sabía que algo no iba marchando como era debido.


En el campamento de Theodric algunos aldeanos había asegurado ver esferas de luz blanca, que parecían cuerpos extraños por los bosques de las distintas zonas, en las que suelen trabajar, Theodric preocupado, se apresuró en mandar a algunos de sus exploradores para que le informasen con más detalle.


Esa misma noche Reaper volvió a tener uno de sus extraños, pero esta vez la voz que le hablaba era distinta, demasiado distinta…


Debo hacerme con todos… Esos espíritus deben ser míos solo así me libraré de este tormento….”

En el sueño Reaper no paraba de ver unas esferas blancas y la voz no paraba de repetir una y otra la misma frase. Comprendió que parte de la solución era hallar esos extraños cuerpos espirituales. Ordenó a sus No muertos que le acompañaran a buscarlos, pues no sabía a qué se iba enfrentar, por lo que era mejor ir preparado.

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