viernes, 24 de julio de 2015

Capítulo 9 - 40k

CAPÍTULO IX - Cuestión de fe


Con la dura victoria conseguida ante los tiránidos, pero con un gran número de bajas, civiles y militares a sus espaldas. Las hermanas de batalla se dirigieron a uno de los planetas que se encontraba cerca de su órbita para poder establecer allí su puesto de mando.


Sus astrópatas mandaron sondas de reconocimiento para encontrar posibles emplazamientos para sus puestos de mando, y sus futuros campamentos, todo parecía estar en calma, ninguna de las sondas localizaba a ningún enemigo cerca, humano o no.


Por eso la líder las hermanas ordenó a sus guerreras que tocaran tierra y comenzasen a desplegar el campamento, ella se encontraba herida tras el último combate, sus heridas, que se podían enumerar desde huesos fracturados y rotos a contusiones graves, le hacían imposible moverse de la enfermería del crucero estelar.


Finalmente el almirante de la flota de cruceros, les aconsejó que se dirigieran a una zona que parecía disponer de unos pequeños bunkers que facilitan la defensa del futuro puesto de mando.


Hasta el momento pocos habían  dado la suficiente importancia a que la gran mayoría de mundos estuvieran fortificados, bueno… Contasen con algunas defensas o edificios, para ello. Pero el almirante de la flota, si que le dejó insinuar algo a la hermana que dirigía la operación de asentamiento, la furiosa guerrera atendió sabiamente al almirante, había participado en otras campañas de dimensiones similar, como había sido en su momento la campaña del ojo del terror.


Así que ordenó a todas las guerreras que le  acompañaban que se pusiesen sus trajes de guerra y fueran cargadas con sus armas, pues no quería que las emboscaran o las pillaran desprevenidas.


Al tocar tierra las primeras naves de transporte, vieron que se trataba de los restos de una pequeña ciudad, por los reportes obtenidos de otras fuerzas imperiales, este mundo parecía ser donde debían de vivir, pues contaba con algunos puestos defensivos, pero sobretodo se podían observar viejos grupos de viviendas.


La guerrera que lideraba comenzaba a entender las palabras del almirante de la flota, para que una raza como los ancestrales se marchase y dejaran los planetas así de construidos, y fortificados, debía existir un mal oculto a la vista de todos, y que ni ellos mismos pudieron hacer frente.


Cuando ya llevaban unos días construyendo y preparando todo, a lo lejos una de las vigías descubrió a un grupo de caos que se dirigía hacía la ciudad, se trataba del líder caótico Dorian, les habían llegado rumores de lo traicionero y peligroso que era. Así que la hermana al cargo del grupo de guerreras ordenó a sus mujeres que no perdieran ni un solo bunker, debían protegerlos costase lo que costase, no contaban con la ayuda de su furiosa líder, pero podrían mostrar el valor que les corría por las venas.


Lo único que no contaban era que el mismísimo Dorian, ya las esperaba, no había querido establecer aún el campamento, pues era de los que opinaba que era mejor usar los recursos de otros, y el trabajo de otros.


Dorian conocía perfectamente la distribución de este pequeño pueblo y no tardó en mostrar su habilidades sobre él, cuando mandó a sus escuadras a tomar los bunkers, las hermanas  no dudaron en enfrentarse a ellos, pero los letales golpes de los hombres de Dorian, hacían que el trabajo de mantener la ciudad bajo la protección del imperio se complicase.


Los combates no cesaron, las balas eran la música que acompañaba los oídos de los guerreros y guerreras, en el mejor de los casos, otros reciban los balazos o los poderosos ataques de los vehículos de las hermanas.


Dorian se lanzó al combate contra unas hermanas, escoltado por un Land raider y unos exterminadores que le ayudaron a casi acabar con una unidad de hermanas, pero con el transcurso de la batalla, Dorian no paró de recibir heridas, su cuerpo cayó al suelo casi mutilado, entre el fuego de las llamas y los fusiones, ni las poderosas armaduras de exterminador, eran rival.


Finalmente el Señor de la guerra caótico cayó presa de las heridas, y se desmayó. Sus hombres al ver que su líder había caído, mostraron su lado más salvaje, se lanzaron todos al combate, cargando y gritando los lemas del capítulo.


Las hermanas intentaron hacerles frente, pero la furia que guiaba a las fuerzas caóticas, era demasiado para ellas, finalmente quedaron reducidas a pequeños grupos, que se quedaron casi encerrados en el centro de la contienda, pues Dorian había planeado un ataque en forma de garra.

El plan urdido por Dorian tuvo su recompensa, aunque él salió muy mal parado, sus hombres finalmente pudieron hacer frente al enemigo, obligando a  las hermanas a retroceder, para ser posteriormente recogidas y devueltas a sus cruceros, con la esperanza de volver a encontrar otro buen lugar para poder establecer la base.


 

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