CAPÍTULO VI - Cuestión de principios
Tras su huida del puesto de avanzada que fue sorprendido por las fuerzas del Caos, la Natasha Kurgonova, había decidido dirigir sus hombres hacía un puesto más alejado. Durante el enfrentamiento el general Angel Sangriento había intentado ofrecerle una pequeña ayuda, pero Natasha como una buena general orgullosa que había tenido que luchar en un mundo de hombres, se negó a recibir su ayuda, aunque eso no quitó que lo intentará utilizar.
Tras este suceso el general Sangriento intentó ponerse en contacto con ella varias veces, aunque Natasha procuró ignorar las llamadas del arrogante marine, ¿qué pretendía? Tras el enfrentamiento, donde perdió un grupo de valerosos hombres, Natasha procuró evitar todo el posible contacto, tantos generales marines, tan capaces como había oído en sus años de cadete y durante su ascenso, y a la primera de cambios, salieron huyendo como perros apaleados. Así que pensó que valía más la pena fiarse de la fuerza de sus hombres, más que de aquellos que se hacían llamar los protectores de la humanidad. Con el paso de los días el nuevo campamento imperial había sido restablecido, las fuerzas reagrupadas, las pocas naves que se debían acercar al sector con todas las fuerzas de choque, llegaron..
Los días pasaban y Natasha continuaba con la ciega idea de trabajar sola. Pero el general Sangriento solo procuraba dar la sensación de ser un acosador, en cierto modo era lógico, casi todos los hombres que habían trabajado con ella las describen como una mujer bella, pero igual de letal que su belleza, y algunos decían que no habían visto una mujer tan bella como ella. Finalmente atendió a la llamada de marine espacial, y este repleto de furia comenzó a reprender contra la general, finalmente Natasha no pudo contener mas sus furia y acabó retando al Angel sangriento.
El marine convencido de su superioridad aceptó, dándole la opción de que escogiese la zona donde haría enfrentarse a sus hombres, para demostrar cuál de los dos era mejor genera. Lo que el marine espacial no sabía, es que Natasha había pasado mucho tiempo enviando exploradores a los alrededores y revisando la información que estos le aportaban, así que no le fue difícil escoger el lugar. Procuró llevar la refriega a unas montañas que tenían unos altos niveles de atracción magnética, cosa que impediría que los ángeles sangrientos pudiesen contar con el apoyo de sus naves.
Comenzó a situar a sus tropas en una de las zonas más ventajosas para ella. En cuanto al general sangriento optó por una apuesta mas agresiva, desplegó casi todas sus fuerzas con sus cápsulas, para acabar cerca de las fuerzas imperiales, aunque al desembarcar se dió cuenta de que había sido un tremendo error, cuando sus hombres se abalanzaron contra las fuerzas de Natasha, estas comenzaron a disparar todas sus poderosas armas, aunque no se había dicho, quedó mas que claro que esto se trataba más de un combate para resolver diferencias, que una verdadera batalla en sí misma.
Por eso antes de salir dio la orden de que se armaran con munición de entrenamiento, pero con un ligero toque que ella mismo les dió, y es que para todos sus hombres era conocida la crueldad con la que Natasha era capaz de enseña. Así que cada vez que uno de sus hombre lograba hacer que sus armas hiceran daño los marines iban a encontrarse con una ligera explosión unida a una substancia que iba a recordarles por muchos días ese enfrentamiento.
Los marines también infringieron buenos golpes sobre los cuerpos de la guardia, aunque el combate no pudo durar mucho, pues los cañones armados y el miedo que tenían los hombres a fallar a su general hizo que lucharan como verdaderos monstruos, mostrando toda la experiencia ganada en cada batalla.
Finalmente el general Sangriento tuvo que ordenar que sus hombres cesasen el combate y se retirasen, pues Natasha muy a pesar del orgulloso, les había mostrado que la guardia seguía siendo una fuerza a tener en cuenta.
Tras este suceso, Natasha sabía que de ahora en adelante iban a tenerle respeto, aunque muy posiblemente quedaría un grupo al que tendría que ganarse, pues aunque sabía que mostrar de que pasta estaba hecha, era bueno, pero seguramente un grupo de marines no estaría a dispuesto a aceptar las órdenes de una mujer.
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